¿Sabéis como es de grande un grano de mostaza? Si lo buscáis en un libro o por Internet os daréis cuenta de que es muy pequeño. Y Jesús dice que con una fe del tamaño de un grano de mostaza, podríamos hacer grandes cosas.

No se trata de que hagamos una competición para ver quien es la persona con más fe, no se trata de una rivalidad con otras personas. Se trata de que no nos conformemos con “ir tirando”, sino que nos demos cuenta de que nuestra fe debemos cuidarla.

¿Y cómo cuidar nuestra fe? Pues de muchas maneras: la oración personal y en grupo, la participación en la misa y en las cosas que se hacen en la parroquia, intentando ser una persona justa y buena en la familia, entre nuestros compañeros del cole, con nuestros amigos, estando atento a las cosas que pasan en nuestra ciudad, en nuestro pais y en otros lugares del mundo donde hay personas que sufren por muchas razones.

Ayúdame, Señor Jesús, a valorar mi fe.
Ayúdame a reconocer todos los gestos de fe
que se dan en mi entorno.
Ayúdame a saber acompañar
la fe de tantas personas.
Ayúdame a compartir mi fe en Ti.
Ayúdame a vivir mi fe cristiana
con toda mi vida.
Ayúdame a descubrir mi fe
como uno de los mejores regalos
que Tú nos has dado.
Ayúdame a cuidar mi fe para que
dure y aumente.
Yo te pido Señor por tantas personas
que un día tuvieron fe, vivieron
la fe cristiana y ahora
lo han dejado o lo están abandonando.
Yo te pido, de una forma especial
por los padres, curas, religiosos,
religiosas, educadores, agentes
de pastoral, catequistas..
para que seamos testigos de la fe
cristiana y cultivadores de esa fe
allá donde nos encontremos.
Ayúdanos, Señor Jesús,
es mucha nuestra responsabilidad.