El día 11 de Abril a las 10 de la mañana, un grupo de 12 jóvenes pertenecientes a las dos parroquias de Salou, acompañados de dos jóvenes monitores Xavier y Angel, la catequista y colaboradora Pilar, con Mn. Josep Maria, con mochila al hombro i llenos de alegría e ilusión, partían desde la parroquia de Sant Ramón, con destino a la Iglesia de Sant Jordi, en el Cap Salou, allí iban durante dos días a convivir y compartir, ideas, inquietudes y proyectos todos juntos.
La mañana se presentó con un sol radiante lo que hizo más bonito todavía el camino, pues a modo de excursión por el camino de ronda, se podía disfrutar de un paisaje que invitaba al buen humor, al compañerismo, a la fotografía, y también a la reflexión.
Sobre las 12:30h con un ligero cansancio pero con la ilusión de vivir una nueva experiencia, llegábamos al lugar de destino. Una vez en el interior del recinto donde se ubica la Iglesia, dimos gracias a Dios por sus beneficios y pedimos por los frutos del encuentro.
Tras un breve descanso y toma de contacto con el entorno el que íbamos a convivir esos dos días, en un ambiente sereno y entretenido se realizamos la presentación personal de cada uno del grupo mediante una simpática y amena actividad.
Para una buena y fructífera convivencia, Mn. Josep María pidió a todos colaboración y pensar que no estaban solos, sino en convivencia permanente con el resto de participantes, y que por lo tanto no podían pensar solo en ellos mismos, sino que de lo que se trataba de poner todos y cada uno su granito de arena, participando en las tareas, colaborando en las actividades que se realicen, sabiendo mantener momentos de reflexión, oración y dominio de uno mismo,…, todo ello haría un encuentro enriquecedor.
El martes 12 a las 6:30h de la mañana, fue un momento impresionante cuando todo el grupo como una piña y en silencio viendo amanecer frente el mar, Mn. Josep María leía unas palabras para la reflexión y la plegaria. Allí viendo nacer el día, dimos gracias a Dios y pedimos para que el Señor ilumine también nuestras vidas. Fue una manera muy especial de empezar el día y muchos de nosotros recordaremos.
Durante el encuentro también hubo tiempo, para poder disfrutar de una bonita película, comentarla, escuchar música, cantar, jugar, charlar, bromear entre nosotros, i sobre todo una primera experiencia determinante para todos nosotros conviviendo juntos durante 24 horas.
Y llegó el momento de la vuelta, a las 17h del segundo día, el grupo empezaba su retorno, resignado pero con ilusión, unido y disfrutando otra vez más de un paisaje lleno de vida, incluido un buen remojón en una de las fuentes que a lo largo del camino invitaba a ello.
Sobre las 19h el grupo feliz, contento y con ganas de repetir experiencia, llegaba a la parroquia de Sant Ramon de donde había partido, les esperaban sus familiares. Dando gracias a Dios por los días vividos, la foto de todo el grupo ponía punto final a una nueva experiencia y que seguro en más de una ocasión pensarán y recordarán con ilusión todo lo acontecido en los días vividos con intensidad.
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