Déjate encontrar por Jesús

Para pensar …

En este pasaje del Evangelio de hoy podemos imaginarnos perfectamente como era el día a día de Jesús: curaba a las personas de todo aquello que les hacía mal; también se retiraba a orar, a hablar con el Padre, porque sin la oración, sin el encuentro personal con el Padre todo lo que hacemos puede perder su sentido. Y también se dedicaba a predicar, a hablarles al mayor número de personas de lo bueno que es sentir la amistad de Dios, el amor incondicional que Dios nos tiene a cada uno de nosotros.

Muy sencillo y muy difícil al mismo tiempo. Jesús no quiere que vivamos la fe como una competición. No espera de nosotros que seamos los mejores. Lo que espera de nosotros es que sigamos el ejemplo de Jesús. Que lo sigamos desde lo que somos, con nuestras cosas buenas y con nuestras cosas mala. Que nos dediquemos a ayudar a las personas que necesiten de nosotros, que tengamos presente a Dios, nuestro Padre a lo largo del día. Y que les digamos a los demás lo bueno que es seguir los pasos de Jesús y sentirse amado por el Padre.

  • Escribe una situación de tu vida en la que hayas hecho algo por los demás, hayas hecho una oración o le hayas propuesto a alguien que se una a tu grupo de la parroquia para descubrir a Jesús.
  •  Por qué crees que debemos hacer estas tres cosas los cristianos?
  •  Escribe un compromiso para que seguir creciendo en una de estas tres cosas: ayudar a los demás, orar al Padre o hablar de Jesús a los amigos y compañeros de clase.

 

Para rezar …

Dice Dios:
-Si nadie te ama, mi alegría es amarte. Si lloras, estoy deseando consolarte. Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía.
-Si nadie te necesita, yo te busco. Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti. Si estás vacío, mi llenura te colmará.
-Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas. Si quieres caminar, iré contigo. Si me llamas, vengo siempre.
-Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte. Si estás cansado, soy tu descanso. Si pecas, soy tu perdón.
-Si me pides, soy don para ti. Si me necesitas, te digo: aquí estoy, dentro de ti. Si no tienes a nadie, me tienes a mí.