Gracias Jesús, por hacernos para la esperanza y la alegría. Por estar siempre llenos de curiosidad y no parar quietos.
Gracias Jesús, por esta Eucaristía, que nos ha recordado que hemos nacido para ayudar a hacer caminos fáciles y sencillos a los demás.
Gracias Jesús, por nuestros padres, que son modelo de superar los problemas día a día y nos ayudan.
Gracias Jesús, por nuestra parroquia, que es como san Juan, alzando la voz para que Dios siga siendo escuchado.
Gracias Jesús, porque al salir por la puerta, se va a notar que estamos alegres, y el mundo va estar mucho mejor con algo tan sencillo, con algo que sabe tanto a Navidad.