Al sufrimiento personal y familiar que nos está provocando la pandemia del Covid-19 se ha añadido una nueva crisis de gran importancia social y económica, provocada por el cierre de empresas y plantas de producción, como es el caso de la empresa Nissan en Cataluña.
La empresa automovilística cerrará sus factorías de Zona Franca en Barcelona, de Montcada i Reixac, y de Sant Andreu de la Barca. Este cierre afecta a muchas personas de nuestro entorno: con el despido de más de 3.000 lugares de trabajo directos y una previsión de más de 20.000 indirectos.
Ante el sufrimiento provocado por esta crisis, la Iglesia no puede permanecer insensible al dolor que sufre la sociedad, personas y familias, a consecuencia de coyunturas económicas y sociales. Los Obispos deseamos transmitir este mensaje para mirar el futuro con esperanza: