Ya veis que no podemos esperar que las cosas salgan siempre como nosotros pensamos.
Que si me esfuerzo 10, tengo que obtener 10 o 20, que si hacemos algo bueno recibiremos una recompensa mayor.
Los cristianos no hacemos las cosas por el premio que podamos recibir.
Hacemos las cosas porque sabemos que eso es lo que debemos hacer y disfrutamos con ello.