Porque nunca nos dejas solos y te preocupas de nuestros problemas. Gracias Señor.
Porque tenemos un Dios que se manifiesta en los momentos de alegría de las personas. Gracias Señor.
Por cumplir siempre tus promesas, por saber que somos el pueblo elegido. Gracias Señor.
Porque nos has creado a todos diferentes, con diversos dones y formas de ser, pero con una misma meta que es estar contigo y con los que nos rodean. Gracias Señor.
Por María, la Madre, lo que se ocupa de los problemas antes de que estos sean más grandes. Gracias Señor.