Gracias, Señor, por María que nos enseña
en adviento a prepararnos para celebrar
el nacimiento del Niño Jesús.
Entre dudas y preguntas María da su sí al Ángel,
confía totalmente en tí,
tú, Dios nuestro, habitas en ella,
la llenas de gracia y de alegría
porque ella sabe que para Dios nada es imposible.
Impulsada por el Espíritu María va aprisa,
no puede esperar más, quiere ser altavoz de Dios,
quiere dar la buena noticia de que tú, Señor,
siempre cumples las promesas,
y exultas de alegría los corazones.
Señor, en estos días de la navidad,
seamos altavoces que anuncian
la llegada inminente de Jesús.
Que proclamemos con nuestra vida
y nuestro servicio a todos que Jesús
quiere ser compañero, amigo, Dios y salvador.
Sube el volumen: ¡Viene Jesús!. ¡Acógele! ¡Proclámale!
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