Para pensar … |
– En el 3º domingo de cuaresma ponemos la letra “s” de Jesús que es AGUA, agua que sacia nuestras ansias de ser felices, nuestra sed de Dios.
– En el evangelio de este domingo Jesús nos habla de aquella mujer samaritana que, aunque ella no lo sabía, tenía mucha sed de corazón, sed de Dios, de estar con él, de ser muy amiga suya. Al ir a buscar agua al pozo se encuentra con Jesús que le dice que él tiene una agua nueva, una gua viva que calma toda sed. Y ella le pide: -“Señor, dame de esa agua”.
¿QUÉ NOS QUIERE DECIR JESÚS?
– Todos tenemos sed de paz, de amor, de alegría, sed de ser mejores, de que el mundo vaya mejor… Cuando uno desea ser feliz, esa sed es la sed del corazón, es la sed de Dios. Pensemos quien nos dará el agua que calme esa sed del corazón.
– Jesús, él mismo, es esa agua porque nos regala su amor, su espíritu, su bondad, su perdón, su misericordia, su amistad, una vida nueva y divina, un corazón nuevo, es el agua que de verdad nos va a hacer muy felices.
– Jesús también tiene sed del corazón, desea nuestro cariño, nuestra amistad, nuestra confianza, que estemos siempre a su lado. Espera que le demos esa agua que calme esa sed que tiene. Jesús espera vuestra agua, vuestro amor, vuestro cariño, vuestra amistad, vuestra fidelidad.¿Qué me está pidiendo hoy Jesús? ¿Cuál es nuestra respuesta?
- Escribe una situación de tu vida en la que hayas sentido que Jesús te ha ayudado como ayudó a la samaritana.
- ¿Por qué necesitamos que Jesús nos ayude? ¿Necesitamos también que nos ayuden los amigos y familiares? ¿Cómo nos ayuda Jesús es nuestras vidas?
- Escribe un compromiso que te ayude a ser una persona que pide ayuda a Dios y a los demás cuando tienes un problema.
Para rezar … |
Gracias, Jesús, por ser el pan de vida y el agua que calma nuestra hambre y sed de Dios.
Gracias, Jesús, porque nos quieres y nos buscas cuando nos alejamos de ti.
Gracias, Jesús, por los sacerdotes y catequistas, son un gran regalo para nosotros, porque nos acercan a ti.
Gracias, Jesús, porque siempre nos hablas con cariño y tu palabra guía e ilumina nuestra vida.
Gracias, Jesús, porque eres un amigo tan íntimo que has elegido el corazón de cada uno de nosotros para vivir.
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