Jesús, ayúdame a rezarte cada día

 

Para pensar …

Jesús quiere que oremos, que hagamos oración con frecuencia. Algunas veces caemos en ser muy prácticos, en hacer solo las cosas que creemos que tiene un efecto directo en nuestras vidas.

La oración es estar con el Padre, hablar con Él, escucharle con todo, con los ojos, los oidos, todo… Dios quiere que estemos cerca de Él a través de la oración, pero a veces nosotros no estamos a la altura.

Siempre es buen momento para orar. No es necesario estar en un sitio “perfecto” para orar. Lo verdaderamente importante es si lo hacemos con el corazón, si realmente nos sale de dentro.

Que el Evagelio de hoy nos siva para darnos cuenta que lo fundamental en nuestras vidas es estar en contacto con Dios, contarle todo lo que nos pasa. Y la relación con Dios, la oración, debemos cuidarla, porque es fundamental para nuestras vidas como hijos de Dios.

 

 

Para rezar …

Jesús, maestro y amigo bueno,
enséñame a rezar como Tú lo hacías.
Prepara mi corazón y mis labios
para decir contigo: “Padre”.

Tu eres el Dios Bueno
que estás en el cielo y en la tierra,
cerca de nosotros, acompañándonos
y cuidándonos mucho y siempre.

Ayúdame a buscar momentos en el día
para hablar contigo, tranquilamente,
contándote mis cosas, problemas y alegrías,
con humildad, confianza y sin cansarme.

Enséñame a hacer silencio
para escuchar su Palabra.
Enséñame a oír, entre el ruido que nos rodea,
la voz del Padre que nos expresa su amor.

Jesús, amigo bueno, compañero de camino,
enséñame a decir el Padrenuestro
con fe, con ganas, con alegría y confianza,
sabiendo que Dios me dará lo que más
me conviene, porque él es mi “Padre”.

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