El pasado domingo día 7 de junio, festividad del Corpus Christi, en nuestra parroquia también celebramos con gran solemnidad y emotividad esta fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo. Como cada domingo a las doce del mediodía hora que la comunidad parroquial celebra la misa mayor, un buen grupo de niños y niñas que durante el pasado mes de mayo recibieron por primera vez el Cuerpo de Cristo, vivieron la celebración con entusiasmo y recogimiento.
La celebración de la Eucaristía fue presidida por el vicario de la parroquia, Mn. Josep Maria, acompañado de una representación del numeroso grupo de niños y niñas de monaguillos, que cada domingo participan habitualmente en la Eucaristía, así como buena parte de la comunidad parroquial. Mn. Josep María, tras la lectura del evangelio, hizo una reflexión tanto para los niños y niñas que por primera vez han comulgado como para los mayores, sobre el gran misterio que es la conversión del grano de trigo que se hace pan y llega a ser el Cuerpo de Cristo y el vino que se convierte en la Sangre de Cristo y da vida, vida para amar a los demás.
Tras finalizar la celebración de la Eucaristía, se hizo la exposición de el Cuerpo de Cristo en la Custodia invitando a todos los presentes a realizar la procesión con el mismo respeto y veneración con el que se ha seguido durante la Eucaristía. En este ambiente de oración y veneración se inicia la procesión saliendo del templo por la puerta principal hacia la calle de la Iglesia, abriéndola uno de los monaguillos mayores que lleva la cruz procesional, seguido del resto de monaguillos/as, los niños y niñas de Primera Comunión y Mn. Josep María que bajo palio lleva con gran solemnidad el Cuerpo de Cristo; le siguen y acompañan con cantos un buen grupo de feligreses/as que han participado en la Eucaristía en un día tan emotivo y espiritual. El recorrido como es habitual se realiza por la plaza Mn. Muntanyola y la calle Ponent, para acceder nuevamente al templo por una entrada lateral.
Con el mismo silencio y recogimiento, tanto niños y niñas como los mayores, van accediendo a sus bancos para recibir la bendición con la custodia que con toda solemnidad imparte Mn. Josep María y que los feligreses reciben, tras la cual, permaneciendo en sus lugares, se procede a la reserva del Santísimo Sacramento en el sagrario, mientras se canta el himno que resume la gran fiesta del día :» Cantemos al Amor de los amores».
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