Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo,
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven dulce descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
Reparte tus siete dones, por tu bondad y tu gracia.
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén