Este 20 de marzo de 2016, Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa, que para los cristianos culmina con la Pascua de Resurrección, a las doce del mediodía, como cada año, se inició la solemne procesión. Partiendo del interior del templo y encabezada por la cruz procesional llevada por el joven seminarista de la parroquia Yuniel, contó con un grupo de niños y niñas monaguillos y jóvenes que habitualmente participan cada domingo en la celebración de la Eucaristía, Mn. Santi y un nutrido grupo de fieles.
A la salida del templo los feligreses participantes aguardaban para unirse a la comitiva y llegar todos juntos a la plaza Mn. Muntanyola. Una plaza que brillaba con luz propia por el sol que la iluminaba en ese momento, a lo que se unía la alegría y alborozo de la cantidad de niños y mayores que con júbilo enarbolaban sus ramos y palmas a la espera de su bendición.
Una vez la comitiva llegó en la plaza, Mn.Santi, al centro de la misma y acompañado de los niños y niñas que hacían de monaguillos, tras unas palabras de salutación y bienvenida a todos los que allí se congregaban, procedió a la bendición de palmas y ramos pasando por todos y cada uno de ellos. Era muy emotivo ver las caritas de los más pequeños levantando su palma y esperando a que les llegara la bendición. Acto seguido dio lectura al texto evangélico en el que se narra la triunfal entrada de Jesús en Jerusalén. Finalizada la solemne bendición, Mn. Santi invitó a todos los presentes a ir en procesión hacia el templo cantando donde seguidamente de procedería a la celebración de la Eucaristía.
Ya en el interior del templo, niños y mayores se entregaron a vivir con gran respeto y devoción la solemne celebración de la Eucaristía. Tras los ritos iniciales, la liturgia de la Palabra con la lectura dialogada de la Pasión del Señor según san Lucas fue escuchada con sumo silencio e devoción. Seguidamente el mosén en la homilía, hizo una breve reflexión sobre el momento que se había vivido en la plaza en la que Jesús era proclamado Rey y cómo a continuación con la lectura de la Pasión, se nos introduce en una semana que para los cristianos no es sólo de tristeza pues sabemos que culminará con la Gloria de Cristo Resucitado.
Finalizada la celebración eucarística, Mn. Santi invitó a todos los presentes a participar en los distintos oficios litúrgicos que se celebrarán en la parroquia, el Jueves y Viernes Santo, para culminar gozosamente con la Vigilia Pascual y el Domingo de Resurrección, dónde proclamamos y anunciamos que la muerte ha sido vencida en Jesucristo, que ha resucitado y vive entre nosotros, mensaje de esperanza para la humanidad.
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