Domingo de PASIÓN o RAMOS / B / 2021

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Lectura Espiritu
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LA VIRGEN. Nuestra naturaleza original

 El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró. (Lc 1,28-38)

  • El alma es siempre virgen. Pero es un territorio dañado por los embates de la vida. Hemos perdido la inocencia y la oscuridad se ha adueñado de nosotros: indiferencia ante el destino ajeno, encerramiento en lo propio, indolencia, vanidad, pensamientos oscuros, emociones tóxicas, hábitos perniciosos, comportamientos egoístas…
  • Pero en algún rincón de nuestro ser persiste algo inmaculado y virgen: ese lugar, ese reducto sagrado, es la María que todos llevamos dentro. Saberlo y vivirlo es la espiritualidad.
  • Pero nos hemos olvidado de ese rincón donde perdura la verdad, la belleza y el bien. Necesitamos alguien que nos descubra nuestra dimensión espiritual, necesitamos el ángel.
  • El ángel irrumpe repentinamente y toca lo más profundo de la persona:
    • Te saludo: el espíritu nos da salud
    • El Señor está contigo: el espíritu nos abre al misterio
    • No tengas miedo: vivir en su presencia conduce a la confianza
    • Tú gozas del favor de Dios: la experiencia de la alegría del ser
    • Concebirás y darás a luz un hijo: el gozo de la fecundidad vital
  • María es la llena de gracia porque antes se ha vaciado a si misma. Concibe y da a luz porque ha hecho vacío.
  • Hay que entrar en la virtuosa circulación de la acogida y la donación, del vacío y la plenitud, de la virginidad y la maternidad.
  • ¿Y como será eso si, yo no conozco varón, si yo no soy nadie? No comprende, pero acepta. Pero para aceptar la dimensión espiritual hemos de morir a otras. Hemos de optar, sin reservas.
  • Ese olvidarse del ego para empezar a existir como canal, ese perderse para que exista otro -para que exista todo-, es lo que se conoce como iluminación. Iluminarse es eliminarse, se ha escrito.
  • Y el ángel se retira. Y María se queda sola. ¿Lo habría soñado? El panorama era abrumador: el conocimiento de su embarazo, la reacción de José…
  • María no lo analiza, lo El verbo “guardar” resume como ningún otro toda la vida contemplativa de la fe cristiana.
  • La desobediencia de Eva la separa de Dios y de un mundo en armonía. La obediencia de María vuelve a unir cuerpo y espíritu. Nosotros también estamos invitados a hacer este proceso y renovarlo en cada etapa de nuestra vida.

Como María, nosotros también nos preguntamos, ¿cómo hacer algo de la nada? ¿Cómo puede nacer algo del vacío que soy? ¿No será el vacío el único territorio verdaderamente fecundo?

(Inspirado en el libro: Biografía de la luz, De Pablo d’Ors)