para pensar…
Son muchas las cosas que podemos aprender hoy en el Evangelio. Fijaros en primer lugar que los discípulos estaban como escondidos porque tenían miedo. Esta es la primera lección: no tener miedo. Y llega Jesús y los llena de paz: Jesús es nuestra paz, la paz entre nosotros.
Y después les envía, les dice que al igual que Dios envió a Jesús, nosotros somos también enviados. Jesús está dando al botón de Inicio a la Iglesia.
Y al final les regala el Espíritu Santo, la presencia de Dios permanente con nosotros. Todo lo que sucede en este pasaje del Evangelio es fundamental para entender por qué los cristianos nos hemos unido como Iglesia. No se puede ser cristiano por libre, uno solo. Así que debemos animarnos a vivir nuestra fe con otros, en nuestras parroquias, en la Iglesia.
para rezar…
Pasa, Señor, aunque yo no te busque, distraído
en los afanes de la vida, pasa…
Eres Tú el único que da sentido a mi existencia,
el que minimiza mis errores y me vuelve
misericordia inmediata,
amor gratuito, amistad regalada y caricia de vida
Cuando te dejo entrar en mí, me tomas
al asalto y me vuelves todo amor.
Gracias por estos miedos que te reclaman,
gracias por mis fragilidades que me quitan prepotencias,
gracias porque siendo pequeño,
Tú me vuelves grande y capaz,
gracias porque contigo soy luz para el camino oscuro de
la vida y sal que aporta chispa
y humor para facilitar las situaciones.
Gracias por entrar… por pasar hasta el fondo de mí.