Gracias por tener personas que siempre nos ayudan a ser mejores hijos, alumnos, amigos.
Gracias por tantas veces que caemos en los mismos errores y nos siguen dando la oportunidad para mejorar.
Gracias por tener fuerza para poder cambiar a mejor, por estar llamados a hacer grandes cosas, por contar con nosotros, los niños.
Gracias por tantas personas que tenemos ejemplo de superación en nuestra casa, escuela, parroquia.
Gracias por llamarnos al desierto y enseñarnos una salida.