Las muchachas del Evangelio de hoy se durmieron. Como no llegaba su Señor les entró el sueño.

¿Nos pasa a nosotros lo mismo? A veces los cristianos nos dormimos, nos quedamos quietos esperando a no se qué.

No podemos dormirnos, tenemos una misión, una tarea como cristianos. No podemos dormirnos.

Debemos estar despiertos, activos, hacer todo lo que podamos para que algunos puedan conocer a Dios, puedan ser creyentes. Si no, nos pasará como a estas muchachas.

• Piensa el nombre de algún cristiano que conozcas que esté muy despierto y activo
• ¿Podemos los cristianos permanecer dormidos? ¿Qué podemos hacer los cristianos para despertar, como Dios quiere?
• Piensa un compromiso que te ayude a ser un cristiano despierto.

Gracias, Señor, por lo que hoy nos has recordado que:

Ser cristiano es una fiesta constante, una alegría inmensa, porque nos quieres y vas con nosotros en las tareas de la vida y vivimos rodeados de tantas personas que nos quieren y a las que queremos.

Jesús, tú nos llamas, quieres comunicarte con nosotros, llenarnos de tu luz y de fuerza para ser siempre tus testigos y prepararnos a la fiesta del cielo.

Ya sabes que nosotros a veces desconectamos, nos preocupamos de nuestras cosas y tu llamada es entonces una “llamada perdida”.

Por eso hoy nos dices: ponte las pilas, carga tu batería, ten a mano el cargador de la oración para comunicarte conmigo, conéctate a mi Palabra cada domingo…, pues sin ti andaremos tristes, desorientados, faltos de alegría.

Amén.