Esta es una de las cifras que recoge la Memoria anual 2016 de Cáritas Diocesana de Tarragona presentada este viernes día 16 de junio, en torno a la solemnidad de Corpus que celebraremos este próximo domingo.
El director de Cáritas Diocesana de Tarragona, Sr. Francesc Roig, ha querido subrayar que Cáritas, ahora más que nunca, es sinónimo de acogida y que está en disponibilidad de acoger a todas aquellas personas que han huido de sus países por razones diversas. En este sentido, «uno de los programas prioritarios para Cáritas es el Servicio de Migración que durante el año 2016 ha atendido 296 personas», dijo Roig.
Por su parte, el Sr. Arzobispo, Mons. Jaume Pujol, presidente de Cáritas Diocesana de Tarragona, ha agradecido la labor que desarrollan los 1.517 voluntarios de Cáritas en la archidiócesis con el objetivo de dignificar a las personas que atienden. En palabras del papa Francisco ha dicho que «la acción social de la Iglesia no es una simple ayuda que se da en un momento de necesidad sino que es una vocación a la caridad, un compromiso serio ya la vez gozoso que requiere radicalidad y esfuerzo ».
Mn. Santiago Soro, delegado diocesano de pastoral social, destacó la ayuda integral e integradora que se ofrece desde Cáritas. «La acogida es el principal reto que tenemos delante. Los «otros» deben pasar a ser «de nuestros» y juntos hacer comunidad ».
El reto: la inserción laboral
La falta de trabajo supone una falta de ingresos para muchas familias que ocasiona grandes dificultades económicas para hacer frente a los gastos más básicos. En este aspecto el director de Cáritas Diocesana ha subrayado la importancia del programa sociolaboral basado en diferentes proyectos y servicios de formación ocupacional que ha atendido en este último año a 861 personas.
Las Cáritas parroquiales han realizado 73.698 atenciones básicas beneficiando a 18.541 personas. Las principales ayudas han sido en alimentación seguida de la acogida, la escucha y la orientación, en ropa y otros gastos corrientes como la electricidad o el agua. «Ante la ola de sufrimiento desde Cáritas queremos incidir en la apuesta por la calidad de la atención que ofrecemos y la buena coordinación establecida con los servicios sociales tanto municipales como comarcales», explicó.
El perfil mayoritario atendido por Cáritas siguen siendo parejas, principalmente mujeres españolas y magrebíes, con hijos de entre 25 y 44 años, parados y con estudios primarios. No obstante, este colectivo ha disminuido respecto a años anteriores y se ha incrementado el de personas de entre 45 y 64 años y sobre todo el de mayores de 65 años y los de menores de 25 años.
En cuanto al movimiento económico, Cáritas invirtió casi dos millones de euros en los diferentes programas de acción social. La partida más fuerte del presupuesto ha sido destinada al programa Familia y acogida, formación e inserción laboral. Francisco Roig ha constatado que, aunque se haya producido un aumento del número de voluntarios, los donativos han disminuido.