El Encuentro, con el lema «La alegría de servir», tuvo lugar en la parroquia de San Pedro ad Vincula de Vilabella el jueves, día 25 de junio. Un total de ciento cuarenta alumnos y monaguillas de la archidiócesis participaron acompañados de sus respectivos sacerdotes y catequistas como también de los seminaristas menores y mayores del Arzobispado.
De nuestra parroquia participaron 10 monaguillos, acompañados de Pilar, la madre y la abuela del Marco y Mn. José M., que después de un viaje de ida «gincana» patrocinado por el mosén, que sirvió para prepararnos s para las actividades que tendríamos durante la mañana, llegamos a Vilabella.
El Encuentro comenzó en el huerto de la rectoría donde se presentó la gincana por grupos. Una serie de pruebas que se hicieron para todo el pueblo alrededor de las diez capillas con imágenes de santos o advocaciones marianas presentes en este municipio del Alt Camp. Cada prueba tenía relación con el santo en cuestión, por ejemplo, la prueba relacionada con San Pedro ad Vincula, que significa «entre cadenas», consistió en que cada chico o chica tenía que hacer explotar los globos que los otros compañeros llevaban atado al tobillo con un cordel, simbolizando la cadena.
Terminada la gincana se fue a la piscina municipal donde se pudieron refrescarse antes de ir a comer. Posteriormente fue la celebración de la eucaristía presidida por el Sr. Arzobispo y concelebrada por sacerdotes que acompañaron a los niños en el Encuentro. Mundos. Jaume Pujol destacó la importancia de ser alumnos porque están cerca del altar y esto les permite colaborar con el cura y participar en los sacramentos. También les habló de la vocación como llamada y entrega a Dios. Antes de concluir la celebración, los niños rezaron juntos una oración, escrita por esta ocasión por la Delegación diocesana de Vida Consagrada, con motivo de este Año.
Con la merienda se cerró este Encuentro y al mismo tiempo las actividades llevadas a cabo por la pastoral vocacional del Arzobispado durante este curso.
Fue una jornada muy bonita donde pudimos compartir con otros monaguillos, especialmente con los de la parroquia de Sant Joan de Reus que hicieron las pruebas de la gincana con nosotros. También estamos contentos porque sirvió para hacer más estrechos los lazos de amistad entre nosotros, porque además del servicio a la parroquia en la liturgia, llegamos también a Jesús Amigo, compartiendo nuestra vida con los que tenemos más cerca.
En estas fotos se puede ver en las caras de todos la buena experiencia que vivimos.