Te damos gracias, Padre, por este nuevo Adviento, por darnos la posibilidad de volver a soñar contigo, con tu palabra hecha carne.
Te damos gracias, Padre, por enseñarnos a transformar el mundo desde las pequeñas cosas, desde los detalles más insignificantes, para poder luchar por un mundo mejor y más justo.
Te damos gracias, Padre, por nuestros mayores, abuelos, padres, catequistas, que tanto saben de tu Palabra y de hacer tu voluntad, porque nos ayudan a estar despiertos y a que nos espabilemos porque quieres venir a nuestra vida.
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