Lectura Espiritual
Finalmente hemos llegado a la séptima petición del Padre Nuestro: «Líbranos del mal» (Mateo 6, 13b). Con esta expresión, quien reza no solo pide no ser abandonado en el tiempo de la tentación, sino que suplica también ser librado del mal.
El verbo griego original es muy fuerte: evoca la presencia del maligno que tiende a aferrarnos y a mordernos (cf. 1 Pedro 5, 8) y del cual se pide a Dios la liberación. El apóstol Pedro dice también que el maligno, el diablo, está a nuestro alrededor como un león furioso, para devorarnos, y nosotros pedimos a Dios que nos libere…
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