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DIUMENGE II durant l’any / B / 2024

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Una mirada artística a l’Evangeli del Diumenge, un gentilesa de l’Amadeu Bonet, artista.


Lectura Espiritual

LA CARRERA
Sólo el amor nos sostiene (2)

Llega corriendo (María Magdalena) a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, el predilecto de Jesús, y les dice: Se han llevado del sepulcro al Señor y NO SABEMOS DÓNDE LO HAN PUESTO. Salió Pedro con el otro discípulo y se dirigieron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro. (Jn 20,2-4)

También Juan y Pedro corren en esta escena. El testimonio de las mujeres ha desatado su mundo interior: las promesas de una vida futura, lo que el maestro dijo del tercer día, la resistencia a aceptar que todo hubiera terminado con su trágica muerte…

Antes de que su mente pueda comprender todo esto y de que su corazón pueda alegrarse por ello, el cuerpo de Pedro y el de Juan ya se han puesto en movimiento. ¿Qué ha pasado?, se estarían preguntando. ¿Podría ser que alguien hubiera robado el cadáver? ¿Y si hubiera sucedido un milagro? Pensamientos que se atropellan en su carrera y en los que se mezclan, en inequívoca humanidad, la esperanza y el temor.

Tras la noticia -en este caso de los labios de María Magdalena-, lo primero que se pone en marcha es el cuerpo. El cuerpo responde mucho antes de que puedan hacerlo los pensamientos o los sentimientos, siempre más lentos. Y el cuerpo responde inequívocamente: va hacia el amor, no yerra el destino. Pies y manos saben mejor que la cabeza lo que nos conviene. Los escritores sabemos bien que la escritura es un trabajo manual, antes que mental. No tenemos una idea y la escribimos, sino que escribimos y nos encontramos con la idea. Fiarse de la mano, ésa es la cuestión. Ir allí donde ella te lleve, aunque parezca un paraje monótono o estéril. Así que el primer problema, tras el anuncio del primer día, es el cuerpo.

La noticia es que Él vive, que hay vida tras la muerte, que la pasión de Cristo es el arquetipo de la permanente transformación de la consciencia. Corred hacia vuestros sepulcros, hacia cualquier sepulcro. El vacío y la plenitud son las dos caras de la misma moneda. Ésta es la noticia de la resurrección, esto es lo que necesitamos escuchar una vez tras otra.

María Magdalena, la primera testigo, transmite el mensaje de que Jesús está vivo a Pedro y al otro discípulo, el amado. No nos basta sólo con ella, necesitamos también de él, de ellos y de los demás apóstoles, que serán quienes se lo trasmitan a las siguientes generaciones y éstas a nosotros en una cadena de testigos ininterrumpida desde entonces. Es importante que María Magdalena acuda precisamente a Pedro, la roca, la autoridad. No le mueve un simple compartir fraterno, sino un hecho doloroso (se lo han llevado) y una pregunta acuciante (¿Dónde lo han puesto?). todos pedimos ayuda siempre por lo mismo: porqué se lo han llevado (porque hemos sufrido una pérdida y estamos desconcertados) y porque que remos saber dónde lo han puesto (adónde ir, que hacer, cómo responder en esta nueva situación…).

 En el encuentro entre María Magdalena y Pedro, ella tiene la experiencia (ha visto, ha asistido a un destello de vida, que siempre rompe los esquemas) y él, en contrapartida, tiene el reconocimiento del maestro y la autoridad del grupo (es la cabeza de los Doce). Es ella quien ha entrado en el vacío; no sólo ha entrado en la sombra o en la noche, sino en el vacío. Porque a veces ni siquiera nos queda el consuelo del cuerpo (del delito); hay ocasione en que nos quitan incluso la razón de nuestro dolor y, como consecuencia, estamos aún más perdidos.

También ella es quien se pregunta qué hacer, cómo actuar, y constata que el vacío nos deja vacíos (de respuestas, de acciones). Ella es quine habita en no saber, la parálisis completa, la pérdida de referencias… Pero corre, corre lo más rápido que puede hacia la autoridad para comunicar la situación. Se deja llevar por su cuerpo, acude a quien tiene las llaves del asunto y sale del agujero en la dirección correcta.

Así que el hombre y la mujer deben juntarse para que la vida se manifieste y la noticia pueda expenderse. Marí y Pedro: la autoridad de la experiencia y la de la expresión. Mística y poética: necesitamos de las dos para que la vida llegue al mundo.

Biografía de la luz, Pablo d’Ors

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