El pasado día 6 de Julio, seis miembros de nuestra comunidad parroquial y una enferma y su hijo de Salou, nos uníamos a un grupo de un poco más de 500 personas de distintas parroquias de nuestra diócesis, en la peregrinación que se realiza cada año.
Este año ha tenido un carácter muy especial ya que se celebraba 50ª aniversario de la Hospitalitat de la Mare de Déu de Lourdes, que es la organizar, año tras año, la peregrinación.
El grupo contaba con la presencia del Sr. Arzobispo Joan Planellas, un nutrido número de sacerdotes de distintas parroquias de nuestra diócesis, así como enfermos, hospitalarios, peregrinos, y un entusiasmado grupo de jóvenes, y asistidos por el presidente de la hospitalitat el doctor Miquel Doménech acompañado de su cuadro médico, enfermeras y enfermeros.
Tras casi once horas de viaje, cansados, pero con ilusión y felices, llegamos a esa hermosa y venerada tierra donde nuestra Madre la Virgen de Lourdes nos esperaba.
Fueron días intensos de oración, de vivencia y acompañamiento a los enfermos, tras el rezo de las oración a las 6:30 h delante de la Virgen Coronada, todo se ponía en marcha levantando enfermos, realizando los trabajos de arreglo de habitaciones y dependencias, para continuar todos juntos con la celebración de la Eucaristía, un día en la Gruta de la Virgen, otro en la Iglesia de Santa Bernardita, y el último día, domingo, en la misa internacional con la participación de unas 5.000 personas, venidas de distintos países y lugares. La Eucaristía fue presidida por nuestro arzobispo y acompañada por un magnifico coro, en el que participaban miembros de nuestra organización.
Los enfermos eje principal de este gran motor de la organización, han participado en todo momento unidos al resto del grupo. Un día en el hermoso Via Crucis frente a la Gruta de la Virgen, Adoración al Santísimo, la gran celebración de la procesión de antorchas con el Rezo del Santo Rosario, donde la devoción, el silencio y el amor a la Virgen se vivía intensamente. En todo momento eran acompañados por el grupo de jóvenes que con entusiasmo y alegría siempre estaban pendientes de sus necesidades, así como el resto de los hospitalarios.
Hubo tiempo para conocer la vida de la gran Santa Bernardita, mediante charla y visita a los lugares donde nació, creció y vivió momentos sublimes, se formó y lo más importante, le llevo a la santidad.
Y tras días de oración, devoción, de compartir y gozar entre hermanos las gracias recibidas, la tarde víspera del regreso asistimos a la actuación de un concierto organizado por los grupos “CANTA LA TEVA FE y REINA DE LA PAU MUSISC,” que este año formaban parte de la peregrinación y como siempre nuestros jóvenes nos deleitaron un buen chocolate con madalenas, que unido a su alegría hicieron más dulce la tarde.
Llegó el lunes día 10 y tocaba regresar, nuevamente todo en marcha, sí, es cierto cansados físicamente pero mucho más reconfortados y fortalecidos espiritualmente, llegábamos al punto de partida dando gracias al Señor y nuestra Madre María bajo la advocación de Lourdes.
(Crónica redactada por Pilar Ruiz, voluntaria en la organización)