Lectura espiritual
LA FELICIDAD (7). Etapas del camino espiritual
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Purificado e iluminado al fin, irradiarás paz. La paz es armonía contigo mismo y con el mundo. No se trata de la simple calma o tranquilidad que dimana de la inacción, sino de la acción-pasión justas: recibir lo que realmente hay y hacer lo que uno debe nos otorga el don de la paz.
De modo que no todo termina ni mucho menos con la iluminación. Con ella más bien comienza la misión de irradiar y de construir un mundo en paz.
Construir la paz es una tarea social y política (algunas traducciones hablan aquí de artesanos o albañiles de la paz, sugiriendo cómo la paz comporta el sudor de la frente y el del alma).
Pero también y sobre todo es una misión espiritual: hacer descubrir la paz que hay dentro de nosotros, hacer ver que esa paz proviene de la experiencia de hijos, es decir, de que podemos confiar puesto que el universo entero está a nuestro favor. Quien ve a Dios está en paz, y el pacificado es un espejo de Dios.
(Inspirado en el libro: Biografía de la luz, de Pablo d’Ors)
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