Lectura espiritual
LA FELICIDAD (6). Etapas del camino espiritual
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dios es lo que se ve cuando uno está limpio. Suena duro decirlo así, pero el ateísmo y el agnosticismo son, desde esta perspectiva, el resultado de nuestra suciedad.
¿Y qué es lo que se ve cuando nos limpiamos? Lo que se ilumina… ¡es el mundo! Es la luz del mundo, que por fin puedes distinguir, lo que te hace comprender que estás iluminado. Iluminarse es tomar consciencia de la luz que hay.
Luz también para el propio pasado: no se trata simplemente de dejarlo atrás; tampoco de volver obsesivamente sobre él, extrayendo de lo vivido quién sabe cuántas enseñanzas.
Se trata de amarlo, de reconciliarte con lo que has sido para otros y con lo que otros fueron para ti. Se trata de comprender el vínculo entre lo que fuiste y lo que eres, entre lo que eres y lo que probablemente serás. Sin heridas al fin, reconciliado gracias a la luz purificadora, lo que se ve es a Dios, puesto que Dios es la salud misma. Sin obscuridad, la luz sólo puede ser una evidencia.
(Inspirado en el libro: Biografía de la luz, de Pablo d’Ors)