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Lectura espiritual
EL PADRE (4). Todo es uno y ese uno es amor
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; VENGA TU REINO; HÁGASE TU VOLUNTAD así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal. (Mt 6,9-13)
Con la petición venga tu Reino lo que se está pidiendo es entrar allí donde Él es Rey, es decir, donde no hay fractura ni división, donde resplandece la unidad. Decir venga tu Reino significa que el Reino debe ser invocado, que no se realiza sin nuestra participación.
El Reino de los cielos es, pues, el escenario de su voluntad: allí donde todo y todos están ya transformados. En ese Reino no hay nada que hacer, sólo ser. Lo que se pide en el Padrenuestro es que lo de aquí -lo terreno- sea como lo de allí -lo celeste-, que no haya separación entre lo de arriba y lo de abajo. Que se haga tu voluntad es tanto como decir: moldéame cuanto sea necesario para que pueda hacer la aventura de la unidad.
(Inspirado en el libro: Biografía de la luz, de Pablo d’Ors)
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