DIUMENGE de RAMS / C / 2022

La Paraula de Déu

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Una mirada artística a l’Evangeli del Diumenge, un gentilesa de l’Amadeu Bonet, artista.

 

Lectura Espiritual

Ponerse en el último lugar

El movimiento espiritual por excelencia es bajar

Sabéis que entre los paganos los que son tenidos por jefes tienen sometidos a los súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre vosotros, antes bien, QUIEN QUIERA ENTRE VOSOTROS SER GRANDE QUE SE HAGA VUESTRO SERVIDOR, y quien quiera ser el primero que se haga esclavo de todos. Pues este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos. Mc 10,42-45)

Los primeros serán los últimos y los últimos primeros porque no hay arriba ni abajo ni antes ni después, porque no hay jerarquía. Donde hay jerarquía, hay posicionamiento y distinción. Ponte debajo y descubrirás que no hay abajo. Ponte arriba y perderás la perspectiva, perderás la realidad. Verás todo desde tan alto que prácticamente dejará de existir para ti. Quien se distancia demasiado pierde la visión y entra en la ficción de la diferencia, que es la entrada para la indiferencia frente a los demás. Pongamos algunos ejemplos.

Basta ser elevado a la categoría de jefe para caer en el absolutismo, pocos son los que se libran de esa dinámica. Por tanto, guárdate de los primeros puestos si quieres preservar tu corazón limpio. Basta ser relegado al último puesto, por el contrario, para que la sociedad deje de pensar en ti y, por tanto, te deje por fin en paz. El último puesto es siempre el de la paz y la libertad. Ocúpalo pronto si quieres ser libre, es decir, si quieres liberarte de la opinión y de la presión de los demás. En este último puesto nunca hay presiones de ningún género y, por ello, es donde mejor puedes llegar a ser lo que eres: tú mismo. Nadie busca ese último puesto porque nadie quiere ser él mismo.

Además sólo desde abajo se ven las necesidades ajenas, puesto que las tienes cerca. Sólo se puede servir desde abajo. Desde arriba, en cambio, el servicio es mera beneficencia. Quien está arriba sólo puede preocuparse por mantenerse arriba: eso le ocupa todo su tiempo y todas sus energías. Mantenerse arriba es muy trabajoso, puesto que quienes están arriba suelen estar solos. Mantenerse abajo, en cambio, no cuesta ningún trabajo: es lo natural, nuestro sitio en este mundo, cerca siempre de los demás. Por eso, si quieres servir, colócate en el último puesto, el que se relega a los esclavos. La esclavitud voluntaria posee una dignidad que ni sospechan los señores de este mundo. El movimiento espiritual por excelencia es bajar. Abajo es el lugar de Dios porque es el lugar de la realidad.

Pablo d’Ors, Biografía de la luz