Un solo Dios y tres personas…, quien soy?

Para pensar …

 

Hay veces que el Evangelio del domingo es muy corto, pero no por eso es menos importante.

Hoy tenemos una frase de Jesús que resume de forma muy breve la misión de los cristianos en el mundo: “Id, pues, y haced discípulos míos en todos los pueblos…”.

La fe cristiana no es para unos pocos, no es para los más listos, para las mejores personas, para los que han tenido más oportunidades en la vida. La fe cristiana es para todos, para todas las personas en cualquier lugar del mundo, en culaquier situación de su vida. No hay nadie a quien no le debamos tratar de contagiar lo maravillosa que es la fe para nosotros.

Esta es nuestra gran tarea en nuestras vidas como cristianos: tratar de contagiar a los demás lo bueno que es ser creyente. Las personas no van a ser creyentes porque nosotros lo queramos, eso es algo que cada persona puede descubrir. Pero nosotros podemos ayudar, siempre podemos preparar el camino para que las personas se encuentren con Jesús sabiendo ya que para muchas personas este encuentro ha sido lo mejor que les ha pasado en la vida.

Y por último, Jesús nos vuelve a recordar que el siempre va a estar con nosotros, que sepamos que no estamos nunca sólos. Él camina con nosotros.

  • Piensa en una persona que conozcas y que sea una persona que trata de contagiar la fe a otras personas de forma natural, con su forma de ser.
  • ¿Debemos los cristianos contagiar nuestra fe a los demás? ¿Por qué?
  • Piensa en alguien que conozcas que creas que puedas hablarle de lo bueno que es para tí ser creyente.

 

 

Para rezar …

  • Gracias, Jesús, porque nunca te olvidas de nosotros hi sigues queriéndonos mucho.
  • Gracias, Jesús, porque quieres que seamos tus colaboradores y contigo hagamos un mundo mejor para todos.
  • Gracias, Jesús, por alimentarnos con el de la Palabra, el pan de la Eucaristía y el pan del Amor.
  • Gracias, Jesús, porque tu amor te lleva a venir a buscarnos un día para que vivamos siempre felices a tu lado.
  • Gracias, Jesús, porque has querido que tu Madre María sea también nuestra madre.