Perdona y déjate perdonar, te reencontrarás con el Padre.


Por todas las veces que Dios se ha preocupado de nosotros, aunque no nos hayamos dado cuenta. Gracias, Señor.

Por tantas personas que nos enseñan el poder del perdón, de aceptar al otro como es. Gracias, Señor.

Gracias, Señor, por ser hoy un Padre para nosotros, un abrazo cuando estamos tristes, un achuchón cuando más lo necesitamos.

Gracias, Señor, por estar siempre a nuestro lado, de preocuparte siempre, en todo momento, por no cansarte de nosotros.

Gracias, Señor, por sorprendernos siempre con tu amor y perdón.