Jesús, como Juan, queremos ser tus testigos

Para pensar …

Es impresionante la actitud de San Juan Bautista. Él tuvo sus seguidores y hubiese sido muy fácil que él mismo se hubiese creído que era el enviado de Dios, el que estaban esperando el pueblo de Israel. Pero San Juan Bautista es capaz de darse cuenta que el enviado es el Hijo de Dios, y ese es Jesús.

San Juan Bautista tiene la capacidad de ser humilde, de entender siempre que él vale poca cosa, que su misión es la misión de Jesús. Nos puede parecer muy fácil, pero es bastante más complicado de lo que parece. Muchas veces tenemos la tentación de creernos el centro de todo y nos creemos imprescindibles.

Pero San Juan Bautista nos da una verdadera lección para todos: ser capaz en todo momento de ser consciente de que no es el centro del mundo, de que su vida, sus acciones valen muy poquito, porque el verdadero centro es Jesús. Y lo dice públicamente para que no haya ninguna duda.

 

 

Para rezar …

Gracias, Jesús, porque nos invitas a todos
a ser tus amigos y a estar siempre a tu lado.

Gracias, Jesús, porque estás siempre cerca de nosotros,
especialmente en los malos momentos.

Gracias, Jesús, siempre nos perdonas
porque no quieres que dejemos de ser tus amigos.

Gracias, Jesús, por todas las personas
que nos han hablado de ti
y nos han contado lo mucho que nos quieres.

Que nos tomemos en serio cuanto Tú
nos irás diciendo a lo largo de este año que ha empezado.

Que tengamos siempre buen humor, mucho buen humor.